Fotos: Flavia de la Fuente

...

.

martes, 25 de agosto de 2020

Ludwig van Beethoven (Ep.10)

Programa 436 (20/VI/2020) 

"Testamento Heiligenstadt"




Heiligenstadt, 10 Octubre de 1801 
A mis hermanos Karl y Johann:
Ustedes piensan que soy un ser odioso, obstinado, misántropo, o que me hacen pasar por tal, ¡qué injustos son! Ignoran la secreta razón de lo que así les parece. Desde la infancia, mi corazón y mi espíritu se inclinaban a la bondad y a los tiernos sentimientos. Aun cuando estaba siempre dispuesto a acometer granes actos, pero piensen que tan solo desde hace casi seis años he sido golpeado por un mal pernicioso, que médicos incapaces han agravado. Decepcionado de año en año, en la esperanza de una mejoría, forzado a terminar considerando la eventualidad de una larga enfermedad, cuya curación, de ser posible, exigiría años. Nacido con un carácter ardiente y activo, inducido a las distracciones de la vida social, he debido muy pronto aislarme, vivir lejos del mundo, en solitario. 
A veces creía poder sobrellevar todo esto, ¡oh!, cómo he sido entonces cruelmente llevado a renovar la triste experiencia de no oír más. Y, sin embargo, no me era posible decir a os hombres: Hablen más fuerte, griten, porque soy sordo. ¡Ah!, cómo poder confesar la debilidad de un sentido que en mí debería existir en un estado de mayor perfección que en los demás. 
De un sentido que he poseído antes en su mayor perfección, en una perfección tal que muy pocos músicos le han conocido jamás. ¡Oh!, no puedo más. Perdónenme también si me ven al margen, cuando me uniría gustosamente con ustedes. Mi desgracia me resulta doblemente penosa, pues por ella debo llegar a ser desconocido; para mí se acabaron los incentivos en la sociedad de los hombres, las conversaciones inteligentes y las mutuas expansiones. 
Absolutamente solo, o casi, solamente en la media en que lo exija la más absoluta necesidad podre volver a tener contacto con la sociedad; debo vivir como un proscrito. Si me acerco a la gente, estoy enseguida atenazado por una angustia terrible: la de exponerme a que adviertan mi estado. 
Así he pasado estos últimos seis meses en el campo, aconsejado por mi inteligente medido, para cuidar mis oídos lo más posible. Él previó, casi, mi actual situación, aunque a veces, arrastrado por el instinto de la sociedad, me he dejado desviar del camino señalado. Pero qué humillación cuando alguien a mi lado oía el sonido de una flauta a lo lejos y yo no oía nada, cuando alguien oía canta a un pastor y yo tampoco oía nada. Tales situaciones me empujaban a la desesperación, y poco ha faltado para poner yo mismo fin a mi vida… 
Ludwig van Beethoven 


Escuchar audio del programa: