Fotos: Flavia de la Fuente

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martes, 16 de junio de 2020

Ludwig van Beethoven (Ep. 5)


Programa nro. 431 (16/V/2020)

Celebramos los 250 años del nacimiento de Beethoven con una serie de episodios dedicados a recorrer su vida, desde su infancia hasta...veremos dónde.

Viena, 1895
Haydn rara vez escapaba sin algunos golpes en las costillas, pues Beethoven le guardaba rencor a causa de los viejos tiempos porque había criticado severamente el tercero de los Tríos Op. 1.
Esa actitud sorprendió a Beethoven, sobre todo porque consideraba que el tercero era el mejor de los Tríos,
como que es todavía el que depara más placer y origina el mayor efecto.
Por lo tanto, la observación de Haydn suscitó una impresión negativa en Beethoven,
y lo indujo a creer que Haydn se mostraba envidioso, celoso, mal dispuesto hacia él.
Confieso que cuando Beethoven me lo dijo no le creí mucho.
Por lo tanto, aproveché la ocasión para preguntar acerca del asunto al propio Haydn.
Pero su respuesta confirmó la aseveración de Beethoven: dijo que no había creído que ese Trío seria entendido tan rápida y fácilmente, y recibido tan favorablemente por el público.
Fernand Ries





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lunes, 15 de junio de 2020

Ludwig van Beethoven (Ep. 4)



Programa nro. 430 (9/V/2020)

Celebramos los 250 años del nacimiento de Beethoven con una serie de episodios dedicados a recorrer su vida, desde su infancia hasta...veremos dónde.

Queridos oyentes de Juegos de Cartas,
Quienes nos escuchan conocen mis vicios de viajera.
Como no podía ser de otro modo, la pandemia me sorprendió lejos de casa y para colmo en uno de los sitios más afectados del planeta: Madrid.
Por el cierre de fronteras actual, será difícil que, al menos hasta la primavera, vuelva al estudio de la Clásica Nacional para compartir este momento con Laura y todos ustedes.
Pero cuestiones más importantes que mi regreso se han postergado en este tiempo. Por ir rápidamente al punto que nos interesa, este año teníamos programada la celebración por los 250 años del nacimiento de Beethoven, una fiesta que nos hubiera sumergido en un océano de lugares comunes sobre su vida y su obra.
El Romanticismo nos legó el perfil de un Beethoven disonante con su entorno, de enamoramientos jamás correspondidos, y aislado del mundo por su sordera. Las biografías escolares nos hablaban del músico con inigualable talento rítmico, pero sin condiciones para la melodía.
Alcanza con escuchar su música para desandar algunos de estos lugares comunes. ¿Alguien podría dudar del don melódico de quien terminó de darle forma a la Oda a la Alegría, hoy himno de la Unión Europea?
Estos Juegos de Cartas están sirviendo para matizar muchos aspectos de la personalidad del genio. Pero les cuento que --por despuntar el vicio de la argumentación-- los musicólogos ya ponen en tela de juicio hasta la sordera de nuestro héroe. Según están dispuestos a probar –sería interesante saber de qué maneras-- el sordo más famoso habría escuchado sonar incluso su última sinfonía.
Según leí, Alemania pensaba invertir unos 27 millones de euros en el festejo.
Tendremos que esperar al 2027, cuando se cumplirán 200 años del fallecimiento, para rendirle los honores que merece porque, si algo ordena las actividades humanas es el respeto al sistema decimal a la hora de las efemérides.
Llegaremos al 2027 mejor informados gracias a todo lo que Laura nos revela con cada una de las cartas que elige. Espero también que lleguemos con algunos ahorros para poder pasear juntos por Bonn y Viena, visitar los lugares que lo inspiraron, las salas donde tocó. Pero en cualquier caso, hoy, mañana y siempre podremos brindar por el ideal de libertad que este músico encarna como casi ningún otro.
Sandra




Mergentheim, 20 de octubre 1791
Oí entonces a uno de los más grandes pianistas, el querido von Bethofen (sic).
No se le había oído en concierto publico…sin embargo, lo que me fue infinitamente más agradable: le oí improvisar.
Se puede, en mi opinión, juzgar con certeza el virtuosismo de este hombre,
querido y delicado, por la riqueza casi inagotable de sus ideas, por la forma tan original de matizar su interpretación
y por la perfección con la que toca.
No sabría decir lo que puede faltarle para ser un gran artista. He oído a al gran virtuoso Vogler
y he admirado siempre su extraordinaria perfección, pero Bethovfen es, independientemente de la perfección,
más elocuente, más importante, más expresivo, breve, más puro de corazón; tan buen ejecutante en el adagio como en el allegro.
Todos los excelentes músicos de esta capilla le admiran y son todo oídos cuando él toca.
Además, es modesto, sin ninguna pretensión.
Su interpretación es tan diferente de la forma habitual de tocar el piano
que parece que haya querido trazarse un camino sólo para él, para llegar al grado de perfección que ha alcanzado hoy.
Carl Ludwig Junker, capellán de Kirchberg




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Ludwig van Beethoven (Ep. 3)



Programa nro. 429 (2/V/2020)

Celebramos los 250 años del nacimiento de Beethoven con una serie de episodios dedicados a recorrer su vida, desde su infancia hasta...veremos dónde.




Viena, mayo 1887
"Sobre el encuentro entre Mozart y Beethoven, transmito lo que me comunicó en Viena alguien autorizado.
A petición de Mozart, Beethoven interpretó alguna cosa que Mozart, tomándola por un fragmento aparatoso aprendido de memoria, aprobó con frialdad. Beethoven lo notó y le rogó entonces que le dejara interpretar un tema de inspiración libre, y como tenía costumbre de tocar admirablemente en estos casos, animado además por la presencia del maestro, por el que profesaba gran respeto, tocó de tal modo que Mozart, deslizándose en la habitación vecina, donde se encontraban algunos amigos, les dijo con vivezas: 'Escuchen a éste; el mundo hablará de él'"
Otto Jahn



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martes, 9 de junio de 2020

Ludwig van Beethoven (Ep. 2)

Programa nro. 428 (25/IV/2020)

Celebramos los 250 años del nacimiento de Beethoven con una serie de episodios dedicados a recorrer su vida, desde su infancia hasta...veremos dónde.




¡Alteza Serenísima!
Desde los cuatro años la música ha sido la primera de mis ocupaciones. Familiarizado tan pronto con la dulce musa que hacía resonar mi alma con puras armonías, ella era para mí, y pienso que yo a veces también lo era para ella, algo muy querido. He aquí que ya he alcanzado mi undécimo año, y desde entonces, en las horas de inspiración, mi musa me ha murmurado con frecuencia: “¡Intenta una vez más reproducir las armonías de tu alma!”. Once años, pensaba yo, ¿cómo podre tener el aspecto de un autor? Y ¿qué dirán los hombres, los auténticos artistas? Estaba muy intimidado, pero, como mi musa lo quería, obedecí y escribí.
¿Y puedo ahora, ¡Alteza Serenísima!, atreverme a colocar las primicias de mis jóvenes trabajos sobre los peldaños de vuestro trono? ¿Puedo esperar que me concedáis vuestra alentadora aprobación y una tierna mirada paterna? ¡Oh, sí?, siempre las ciencias y las artes han encontrado en vos su prudente defensor, su generoso protector y el talento risueño que resplandece bajo los dulces cuidados paternales.
Lleno de esta fortalecedora seguridad, me atrevo a acercarme a vuestra presencia con mis jóvenes ensayos. Aceptadlos como un puro homenaje del respeto de un niño y dignaos, ¡Alteza Serenísima!, descender vuestra mirada sobre su joven autor.
Ludwig van Beethoven



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